En su día, este felino, fue
coronado emperador en las portadas de las revistas de todo el mundo.
Ayer,
a los 88 años, se fue el hombre más
guapo del mundo y un gran actor. Hay quienes han afirmado que ayer nos dijo
adiós un ángel. Otros, dijeron que se había ido un tulipán negro. Cada cual
expresaba su admiración buscando un
adjetivo en el que cupiese toda la gratitud, el amor o la veneración que se le
tenía al actor. Otros epítetos, en boca de sus admiradores, iban por los
siguientes derroteros…: Alain Delon era un
monumento, un gigante, un galán, un mito, un actor magnético, una estrella, una
leyenda, un símbolo, un seductor…
Sus hijos, Alain Fabien, Anouchka, Anthony y
Loubo (su perro) anunciaron la muerte de su padre con un profundo pesar. Hasta
Enmanuel Macron, el Presidente francés, emitió un mensaje de despedida. Según las palabras que el actor repetía una y
otra vez en sus entrevistas, no le tenía
miedo a la muerte, así que ahora por fin podrá ver a sus padres juntos.
Era su ilusión.
Puso su rostro a un puñado de obras maestras del cine europeo. Formó
parte de muchísimas carpetas de fotos que las chicas tenían guardadas en los
cajones de su mesa de estudios. Hizo cine noir…. Solicitó la
eutanasia…. Tenía 72 armas en su casa y más de 3000 municiones… No le gustaban
estos tiempos… Y en 1971 compró Le
Château Domaine de la Brûlerie de Douchy-Montcorbonen, en Loiret , una propiedad histórica, situada en un enclave verde, donde vivía rodeado de
sus animales. También podemos afirmar
que estuvo en los brazos de una de las
mujeres más hermosas del mundo: Romy Schneider.
Alain Delon nació el 8 de
noviembre de 1935 en Sceaux,
localidad cercana a París. Tenía cuatro años cuando sus padres se divorciaron. Ingresó
en el internado católico Saint Nicolas d'Issy-les-Moulineaux. A los diecisiete años inició su servicio militar en la
marina. Aquel día de noviembre de 1935 había nacido un chico bello y acanallado
con cara de ángel caído y el
alma oscura. La belleza se la dio la naturaleza. El conocimiento
de la oscuridad se lo dio su difícil infancia, adolescencia y primera juventud,
criado en hogares de acogida y centros de adopción, mal estudiante, expulsado
de varios colegios, soldado en Indochina, experto en calabozos, conocedor de los bajos fondos de París
-de los que amó su poesía salvaje-, trabajando como
cargador en Les Halles o camarero, y
sobreviviendo como beau
garçon, protegido por gigolos, homosexuales y prostitutas. Saltó al
cine desde la cama de la actriz Brigitte
Auber, que lo puso en contacto con actores, directores y
representantes. Entre ellos Henry Wilson, buscador de talentos y bellezas para
David O. Selznick, que tenía en su cartera a Rock Hudson, Tab Hunter o Troy
Donahue. Tras unas pruebas en Roma, Selznick le ofreció un contrato por siete
años a condición de que aprendiera inglés. Mientras estudiaba, su nueva amante,
la actriz Michèle
Cordue, convenció a su marido, el director Yves Allégret, para
que le diera un pequeño papel en Quand
la femme s’en méle.
En 1958, conoció a Romy
Schneider en el set de la película Christine, dirigida por Pierre Gaspard-Huit. Él tenía veintitrés
años, ella veinte. Se comprometieron el 22 de marzo de 1959, iluminados por los
flashes de la prensa y convirtiéndose en una pareja célebre en el mundo del
espectáculo. Años después, Schneider y Delon
siguieron siendo amigos. Una
amistad cuestionada por el entorno de ella, que no creía que fuese nada
positivo para la salud mental de la actriz. Delon pagó parte de los gastos del
funeral de Romy, pero no acudió al mismo, aunque confesó que había sacado una
foto del cadáver y que todavía la seguía llevando en el bolsillo. En una carta
publicada tras la muerte de Schneider a los 43 años, en la que la llama mi puppelé (pequeña
muñeca, en alemán), reconocía sentirse responsable de su fallecimiento. Años después, Delon afirmó que Schneider
había sido su gran amor,
el primero pero también el más triste. Pero sin lugar a dudas, uno de
los romances más llamativos que tuvo el actor fue con Bárbara Rey a
mediados de la década de los 70. Como no
podía ser menos, el romance fue de película, ya que Bárbara Rey se acercó al set de rodaje de la
película 'El Zorro', que tenía lugar en Madrid y, al verla, el galán francés
quedó embelesado de la joven. Tras un intercambio de teléfonos y una primera toma de contacto junto a la hermana
de la vedette en la caravana de la que disponía el actor en el set de rodaje,
Bárbara Rey estuvo viajando a París para estar
con Delon durante dos años aproximadamente. Tras este tiempo, la química entre ambos desapareció y
ambos quedaron como buenos amigos.
La personalidad de Delon siempre escondía muchos puntos de
sombras. Cuando en el 2019 el festival de Cannes le entregó la Palma de Oro de
honor, en internet comenzó una campaña para pedir que no se le concediera por
misógino, homófobo y racista.
La
fama, el abultado patrimonio que poseía…, no le han ahorrado a Alain Delon disgustos,
conflictos con sus mujeres e hijos, sin que se olvide tampoco su triste pasado
de niño y jovencito conflictivo y solitario. Es la otra cara del mito del cine
francés. Un guapo por fuera, pero atormentado en su interior. Su nombre está
asociado en las últimas semanas al libro que ha escrito el menor de sus hijos,
Alain Fabien, de veinticuatro años: De
la race des seigneurs (De la raza de los señores). Donde entre
otras lindezas pone a su progenitor de vuelta y media, o "a caer de un
burro", como prefieran. Sus acusaciones van desde llamarlo padre
despiadado y marido cruel, hasta tratarlo de machista, xenófobo, violento, que ha humillado a
cuantos ha podido a su alrededor, dando palizas a su prole y a sus esposas y amantes.
Se consagró con la película de René Clément A pleno sol (1960),
adaptación de la novela de Patricia
Highsmith,” El
talento de Ripley”. Conoció a Luchino
Visconti y con él hizo dos películas, la magnífica “Rocco y sus hermanos” (1960) y la
célebre “”El gatopardo (1963).
Luego vinieron El silencio de un
hombre (1967), de Jean-Pierre Melville, con la que alcanzó
el estrellato en el cine negro y Borsalino (1970),
de Jacques Deray, en la que formó equipo con Jean-Paul Belmondo,. El éxito fue rotundo. Trabajó también en El asesinato de Trotsky (1972) y en El otro Sr.
Klein (1976), ambas de Joseph Losey, o en Un amor de Swann (1984),
de Volker Schlöndorff, inspirada en la obra de Marcel
Proust, En
busca del tiempo perdido. En 1985, consiguió un César (al
mejor actor) por Notre histoire (1984),
dirigida por Bertrand Blier. Realizó veinticinco películas como
productor de la empresa Adel Productions.
En el año 2005, fue condecorado con la Legión de
Honor por su contribución al cine francés. El 19 de mayo de 2019, durante el
Festival de Cine de Cannes, recibió una Palma de Honor por
toda su carrera.
Contrajo matrimonio con la
actriz Nathalie Canovas (Nathalie Delon) en 1964, con quien tuvo a su hijo
Anthony Delon; la pareja se divorció en 1969. Convivió
de 1969 a 1984 con la actriz francesa Mireille Darc, de la cual se
separó de forma amistosa. En 1987, se relacionó con la holandesa Rosalie
van Breemen, con la que tuvo dos hijos: Anouchka y Alain-Fabien.
Se separaron en 2001. En 2021, reveló que mantenía una relación con la
japonesa Hiromi Rollin, quien en ese momento tenía 67 años.
Cuando murió Mireille, Alain asistió a su sepelio sensiblemente conmovido, con
las lágrimas resbalándole por sus mejillas, mientras los fotógrafos
testimoniaban ese instante. Fue, después de Romy, quizá la otra gran mujer de
su vida.
Alain Delon se define a sí mismo como
un gaullista. Obtuvo la nacionalidad suiza en 1999.
Cuando
trabajó con un
hombre tan refinado como Luchino Visconti, notorio homosexual, este se prendó
de los encantos masculinos del joven francés. Y así, Alain Delon figuró en el
reparto de Rocco y sus hermanos,
que fue su despegue hacia el éxito. Los rumores, sobre si entre el actor y director había
habido algo más que una relación profesional,
acompañaron siempre a Alain Delon. Él ni afirmaba ni negaba. ¿Eso quiere decir
que fueron amantes? No, por supuesto. Después de participar en su último
título, fechado en 2008, Astérix
en los Juegos Olímpicos, desde entonces no quiso saber nada de
su profesión.
Poseía un gran carisma. A sí lo afirmaba la gran Brigitte Bardot: "No es
un actor normal, Alain es un objeto de deseo, no es sexy ni masculino, ni
femenino, es una belleza infernal".
Como actor, productor y guionista su nombre
apareció en más de 80 películas. Promocionó las peleas de Carlos Monzón en
Francia y visitó más de diez veces la Argentina. Comía asados con Carlos Menem,
almorzó con Mirtha Legrand y despertó incontables pasiones desde la década del
50. Obtuvo la Palma de Oro de Honor en Cannes (2019), el Oso de Oro de Honor en
el Festival de Berlín (1996), el César al Mejor Actor (1985, Notre
histoire), y se le condecoró con la Medalla de Comandante de la Orden
Nacional del Mérito, reconocimientos en Locarno y numerosos festivales europeos, sex
symbol durante 20 años, el actor fetiche del regisseur italiano Luchino Visconti, el heredero mundial de James Dean, empresario, creador de perfumes, cinturones y relojes…
Alain
Delon era una apuesta segura para las taquillas europeas y raro era el año en
que alguna película protagonizada por él fuera la más exitosa en Francia,
siempre en dura competencia con las de su primero rival y luego gran amigo
Jean-Paul Belmondo, con quién por fin coincidió en 1970 en
"Borsalino", éxito de taquilla aunque película mediocre y olvidable.
Alain
Delon era una apuesta segura para las taquillas europeas y raro era el año que
alguna película suya no tuviera un gran éxito, aunque el filme en cuestión
fuera mediocre y para olvidar.
Era un
líder indiscutible de las audiencias televisivas y su intensa vida amorosa
copaba todas las semanas las revistas cinematográficas y las del corazón.
Tenía un talento interpretativo inmenso y una belleza demoníaca.
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