SUNDANCE, soñar bajo las estrellas

 

Sundance Film Festival

El Festival de Cine de Sundance se inauguró en 1978, utilizando la imagen del actor Robert Redford para atraer a los estudios y distribuidores. Es un festival  internacional que se celebra anualmente las dos últimas semanas de enero en el poblado de Park City, cerca de Salt Lake City, la capital del estado de Utah. En 1981 se creó el Sundance Institute como una iniciativa del actor norteamericano para reunir a un grupo de amigos y colegas que le ayudaran a fomentar y apoyar el cine independiente, más allá de las exigencias de mercado: ”No tenemos nada que ver con la distribución… Nuestro trabajo  y nuestro papel es crear un espacio y una plataforma para traer nuevas voces…”. (El nombre del festival proviene del propio personaje que Robert Redford interpretó en 1969 en el filme Butch Cassidy and the Sundance Kid). Cada año se seleccionan unas 200 películas para ser exhibidas de las más de nueve mil que se presentan. Pero el festival más antiguo del mundo no es otro que el de Venecia, que se celebró por primera vez en 1932, y que ha contribuido, junto a otros festivales que desde entonces han ido apareciendo, al desarrollo de la industria cinematográfica. El León de Oro del año 1951 fue para Rashomon, de Akira Rurosawa, si bien el más conocido y más notable de todos los festivales  tal vez sea el de Cannes, que inició su andadura en 1947.

Sundance Film Festival CDMX by cinépolis

En principio, el festival de Sundance suele reunir a los narradores más originales y a los públicos más aventureros,  y a cuyo ganador le otorga el Gran Premio del Jurado.  Aunque tuvo problemas económicos los primeros años, a partir de 1980, con la esperanza de atraer a más gente, cambió su sede a la estación de esquí de Park City en pleno invierno, pero los problemas económicos persistieron y no fue hasta 1985 cuando comenzó a recuperarse y a ganar reputación, impulsando las carreras de directores como los hermanos Coen, Steven Soderberg y Quentin Tarantino, entre otros. Pero, ¿qué es el cine independiente? ¿El cine independiente nació para cuestionar el mundo? La idea de ser libre y emanciparse no es nueva. En 1941, un grupo de actores, con Charles Chaplin a la cabeza, Orson Welles y Mary Pickford, fundaron la Sociedad de Productores Cinematográficos, para preservar los derechos de los productores independientes. En 1953, Little Fugitive se convirtió en la primera película independiente nominada al Premio de la Academia al Mejor Guion Original. A partir de los años sesenta, con Roger Corman a la cabeza, nació el boom de las películas de serie B independientes, que prometían sexo y violencia, terror y ciencia ficción, esperando atraer a gran parte del público, hasta el punto que muchos filmes eran estrenados en teatros para mostrar lo que los grandes estudios no podían, pero lo que sucedió fue que,  parte de este cine, cayó en manos de productores y distribuidores sin demasiados escrúpulos, que terminaron haciendo un cine zafio,  llamado cine clase Z. En 1968, George A. Romero, sorprendió al público con Night of the Living Dead, un tipo de película de terror independiente, intensa e impecable. Con el advenimiento de la televisión, se intentó atraer al público con espectáculo, ya fuera utilizando la pantalla ancha,  el cinemascope, el sonido estéreo, el 3-D… Y si bien la mayoría de los cineastas de la época comenzaron como independientes, hemos de decir que, al final,  sus proyectos fueron producidos y lanzados por estudios importantes. Coppola fundó la Zoetrope Studios con George Lucas, que éste abandonaría en 1971 para crear su productora, Lucas Film… Y en fin, esto es ya algo viejo, y nada es lo que es o lo que parece, porque, a día de hoy, Hollywood ha ido adquiriendo los estudios más pequeños para hacerse cargo de gran parte de la industria cinematográfica independiente y, al mismo tiempo, iniciar estudios para “rodajes independientes”. ¿Alguien da más…? 

Espectadores en el cine

Volvamos a la pregunta: ¿A qué llamamos cine independiente? Uno puede ser independiente respecto a otro, en relación a otra cosa…y vivir bajo sus propias leyes con tal de satisfacer sus necesidades. Entonces, ¿desde qué punto de vista o en relación a qué o a quién podemos hablar de independencia? Admitamos antes de contestar a la pregunta que la creación artística y la organización industrial son dos cosas muy complejas, y también que, cuando alguien intenta adoptar el sello de independiente, ha de tener en cuenta el peso económico. Dicho esto, siguiendo un poco el sentido común, diríamos que el cine independiente es aquel que se opone a las formas clásicas, encarnadas por Hollywood. Maya Deren decía que “ el presupuesto de sus películas era muy parecido al que gastaba Hollywood en los pintalabios de una película”. El presupuesto, por traer un ejemplo a colación, de las películas independientes de España es de 5 millones de euros y las subvenciones, en su totalidad, ascienden a  167 millones, de los cuales se han recaudado 81. Siguiendo esta línea, y sin ánimo de hacer comparaciones, podemos decir que el presupuesto de Pirates of the Caribbean era de 320, 438 millones de dólares, nada más y nada menos. Luego, además la cuestión monetaria,  lo que nos quedaría por tener en cuenta sería la estética y el tema, porque para los cineastas independientes lo esencial es no renunciar a su ideología, a su mundo y a una manera de hacer cine. Pero, ¡cuidado!, pensemos que cuanto más independientes somos menos podemos hacer por detener nuestra independencia y sustituirla por una placentera independencia, lo que hace que nos volvamos lobos esteparios, que es un síntoma de nuestros tiempos, porque si lo pensamos fríamente al final de la independencia no está la felicidad, como ya nos advirtió  Renan Camilo, y lo único que nos quedaría sería darle a nuestra existencia una dimensión más honesta, pasando a la acción, porque el cine no se hace independiente por sí solo, sino que se hace independiente desde el compromiso de uno mismo, desde la verdad. Y después todo esto, junto con nuestro equipo, nuestra troupe, intentar trasladar todas esas ideas a la pantalla. De otro modo, cuando hablamos de “independiente” (indie) es como si hablásemos de la necesidad de ostentar un espacio necesario, de tener la capacidad de caminar con nuestros propios pies, de independizarnos de nuestros padres... Por lo tanto, podríamos definir el cine independiente como aquella producción cuyo planteamiento no responde a la línea de las televisiones ni de la industria oficial  en la que el director toma las decisiones creativas más importantes. ¿Es así? Otros, sin embargo, dado el conservadurismo reinante, los procesos de escritura de guiones de hoy en día, la producción…, las tendencias formales, las temáticas, han llegado a afirmar que el cine independiente ha muerto.

Controversias, polémicas, distintos puntos de partida… Concretemos: el cine independiente es el cine de autor, el cine joven, emergente, el cine que aún no ha llegado.., el que toma conciencia y distancia con los grandes estudios, el cine comprometido…, en definitiva, el cine radical. Y para ello se necesita que el trabajo tenga detrás a un director que crea en sí mismo, decidido,  porque la independencia no la da las convicciones, sino que la independencia la dan los principios. El cineasta independiente es aquel que es políticamente incorrecto y que ha heredado de las vanguardias la pasión por experimentar, los planteamientos eclécticos,  un tipo de filosofía, de estética, de enfoque…, porque el cine es un instrumento de acción, de arriesgarse, de equivocarse…, y quizás de poner distancia con los festivales al uso, con la crítica y sobre todo con el lenguaje homogéneo, que se ha industrializado, porque si entramos en ese circuito, viene a ser lo mismo que ponerse a vender hamburguesas a la puerta de un McDonals. Así que lo que podemos decir, sin sonrojarnos, es que el cine independiente sirve para  decir lo que otros callan. ¿Cuál es, si no,  la clave del cine indie? ¡Incomodar! A lo que sumar la búsquedas personales, que en la película de turno haya todo un universo, que tenga un planteamiento interior, incluso psicológico… O sea, en definitiva exponer al público el conflicto del individuo, aunque eso nos lleve al cine del silencio, ese que, a veces, puede resultar incómodo para algunos espectadores…  No pasa nada. En toda aventura hay  riesgo. Sin olvidarnos de buscar  gente con criterio y  aprender a manejar bien las emociones. También a no ofrecer vulgaridad en vez de erotismo, comedia a cambio de humor del bueno, lágrimas fáciles por tristeza, peleas interminables sustituyendo la venganza o la violencia… Hay que volver a la esencia de las historias.

Sundance Film Festival


Para concluir, decir que los festivales de cine independiente tienen como objetivo mostrarle  a la industria las obras para buscar salas de exhibición y nuevas formas de financiación, además de nuevos talentos. Uno de los festivales más famoso de España y que en su programación tiene cabida el cine independiente es el Festival de Cine de San Sebastián,  en el que destacan las obras cuya temática se compromete con ciertos sectores o colectivos de la sociedad.  Además, podemos hablar del Cinema Jove de València, que fomenta el encuentro entre profesionales; el Festival Documenta Madrid, que se centra en el cine documental; el Festival de Cine Independiente de Elche, que lleva celebrándose desde ya más de cuarenta años y se centra en el cortometraje; el Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña , uno de los encuentros alternativos, dedicados especialmente a la fantasía, ciencia ficción y terror;   y  el Festival Internacional de Cine Independiente de Ourense, cuyo principal objetivo es prestar ayuda a los directores y cuenta con una función pedagógica.

El cine independiente tiene que ser una mirada puesta en el futuro.

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