CONCHA DE ORO DEL 72 FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN PARA LA PELÍCULA Tarde de soledad, dirigida por Albert Serra.

 

 

Andrés Roca Rey vistiéndose


"Tardes de soledad" es un polémico documental en torno a la tauromaquia que aborda los temas mentales y espirituales que el torero experimenta en el ruedo a través de las figuras de Roca Rey y Pablo Aguado. Entre otras cosas, aborda la parte estética del toreo en toda su complejidad. Albert Serra, su director, lo hace con la expresividad a la que nos tiene acostumbrados  y con un refinamiento estético y conceptual únicos. Todo un reto estético para descubrirnos esa belleza efímera que tiene la tauromaquia en el momento en que el toro y el torero se encuentran frente a frente en el ruedo. Preguntas a través del retrato de dos jóvenes toreros, su pasión, ese ritual codificado, casi sagrado, y los momentos previos a la lidia, llenos de una intensa complejidad psicológica. Asegura Albert Serra que “aunque no hiciera películas, yo representaría más el cine español que muchos de los cineastas que dicen representarlo. Ellos son españoles, pero no hacen cine. He hecho un documental sobre un tema por el que muchos de mis fans me van a odiar. Pero hay que hacerlo, alguien tiene que hacer el trabajo sucio” En un momento de la entrevista, suelta una de esas frases para enmarcar: "El traje de luces crea una gran fascinación visual”.


Cartel del documental  
                                                             

Decía Domingo Ortega que “el arte nace de la relación entre el riesgo y la estética”. Suenan clarines y timbales, y viene ese paseíllo dieciochesco, ese mundo mágico y controvertido del que hablaron desde Quevedo a Lorca, la vieja disputa entre la moralidad y la mística. Sangre y arena. Y comienza esa experiencia emocional que hay que interpretar sin quedarse en los límites, porque se va a la plaza a ver la muerte rodeada de belleza y donde nos encontramos a un individuo a solas con su pasado y con el toro, ambos a un palmo, entre la fascinación y la mitología, en dos horas de arte y vanguardia, de simbolismo, de dramatismo…, de tantas cosas. Son esos momentos en los que un rayo de emoción y memoria se cruza por delante de nuestra mirada y entonces vemos a un muchacho desnudo toreando a la luz de la luna. Temple y quietud. Andrés Roca Rey o Juan Belmonte…No importa. El sol y la sombra. Las dos Españas. Y el llanto, como escribió el poeta al torero de la generación del 27. Y el resplandor de las luces que vuelven a iluminar la herejía para que veamos con toda claridad a un hombre sentado en un soneto y a un toro leyendo sus labios, abriendo de pronto las puertas del cielo  de par y dibujando esa imagen eterna que nunca olvidaremos.



Albert Serra


Tardes de soledad ha conseguido que se recuperase el misterio y la excitación en el festival de Donostia, rompiendo todas las barreras. Ha sido el evento del certamen, sobre todo en un año en el que se ha eliminado el Premio Nacional de Tauromaquia. Albert Serra ha salido por la puerta grande con su oda a la tauromaquia en la que invirtió cinco años, algo que agiganta a un director que siempre trae bajo el brazo una propuesta diferente, ese cine de autor que es parte del misterio que lo representa, que lo define, y sabiendo que es uno de los pocos cineastas que se atreve a poner la cámara cerca, muy cerca, y que es capaz de mantenerla decididamente ahí a pesar de las voces que se oirán en su contra.Todo porque podamos ver caer una lágrima en la arena…


Imagen de la plaza de toros en el documental

Oti Rodríguez Marchante ha dicho que "Albert Serra da una lección magistral de acercamiento y de seguimiento al que es hoy la mayor figura del toreo, Andrés Roca Rey. La película es de una pulcritud magnífica”.

Albert Serra: "Al artista se le mide en la forma, no en la bondad del mensaje".


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