LA VIDA ES UN RÍO DE PALABRAS



 

El río que nos lleva


Muchos de nosotros hemos venido a este mundo en un sueño despreocupado. Ahora, pasado el tiempo, hay momentos en los que nos cuesta recordar la voz de nuestra madre, esa voz que nos dijo, que nos cantó, mientras estábamos en su regazo y donde aprendimos la lengua, nuestra manera de decir y de hablar, incluso el respeto y la forma de tratar a los demás.
Yo vine al mundo bajo la niebla y los chillidos de los cerdos en las calles, cuando las matanzas, de la lumbre en las casas y el brasero con picón para rescoldar bajo la mesa camilla. Y a pesar del frío, mi madre siempre tenía los brazos abiertos y las puertas de mi casa de par en par.

Latidos metafísicos del paisaje,  de Juan Berenguel



El amor es una ilusión y el matrimonio un trabajo en equipo donde no hay jefes. Si hay amor, hay fuego, aunque, a veces, se apaga. Pero, en cuanto te acercas a las brasas y soplas con calma por encima, se reaviva en seguida.
La vida es una aventura constante, entre el cielo y la tierra, en la que se atraviesan muchas tormentas, naturales y humanas. Y el mundo es muy parecido a un árbol, con sus ramas, que, agarradas al tronco, observan cómo transcurre la vida, y van almacenando recuerdos, y destellos de luz, no solo para iluminar la sabiduría, sino también la bondad, que es, a fin de cuentas, la que viene a definirnos.


Casas Ibáñez


La vida que se enciende y la que se apaga. Las vidas con historia, para contar. La vida que se fue y la que viene. La vida que nos queda por vivir. Y el runrún del corazón, que baila al compás de la música urbana, que impacta en las láminas rígidas de la sociedad. Algunos jóvenes, cuando salen de sus guetos, más que cantar, tararean melodías entre los labios con letras transgresoras, el lenguaje de la calle, rimando la protesta y el desencanto. Cada cual con su vida, en libertad, dejando que esa vida fluya, sin inventarla, sin deformarla…, porque la vida es un río de palabras y, en cuanto empieza a hablar, yo me callo y mi cabeza se llena de silencio.
Ya solo queda el latido del paisaje, que habla sin intermediarios, y me ayuda a sacar al genio de la lámpara, que trae frescura y ocurrencias. Es lo que tiene la magia. Y entonces la vida se concentra en un sentir, cuando pintan bastos, y yo me agarro a mi estilo, porque el estilo es una forma inequívoca de explicar el mundo.

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3 Comentarios

  1. Gran definición de la vida… frases para seguir enmarcando: “El latido del paisaje “. Eres un crack
    ¡Me encanta!

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    1. Me encanta el comentario anterior " frases para seguir enmarcando" de la que destacaría la primera " Muchos de nosotros hemos venido al mundo.........

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