"Jo dou" fue presentada en Cannes del año 1990. El cineasta nos traslada a la China de los años 20, donde los clanes familiares, muy preocupados por su sostenibilidad, someten las relaciones matrimoniales a un estricto control. Las frustraciones nacidas de esta gestión de los asuntos familiares por parte de un consejo de ancianos están perfectamente descritas en “Ju Dou”, que nos cuenta el trágico destino de dos jóvenes amantes encarcelados por el despótico y cruel dueño de una tintorería que los somete a su única voluntad. Uno, porque ese dueño es su tío adoptivo (Yan Jin-Shan); la otra, porque fue comprada para proporcionar un heredero varón al rico propietario preocupado por la transmisión de su fortuna.
En los magníficos escenarios de la tintorería, un lugar cerrado a todas las tensiones sexuales, Zhang se deleita en destacar a su musa del momento, la sublime Gong Li, que no tiene otra forma de escapar de una muerte segura que seduciendo al sobrino de su torturador. La tensión aumenta aún más cuando Ju Dou da a luz al hijo de su amante y el maestro queda paralizado tras una caída de un burro. Comienza un perverso juego a tres bandas donde la venganza por el acoso sufrido se convierte en la razón de ser de la pareja adúltera. Entonces empezamos a asfixiarnos al mismo ritmo que estos amantes atrapados en una relación imposible. El golpe final nos lo da Zhang cuando el hijo amado, crecido, mudo y amenazador, condena a su vez la relación culpable de sus padres, que él niega. Todo el drama de "Ju Dou" se transcribe utilizando escasos diálogos, pasando exclusivamente por los ojos de los magníficos actores.
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Gong Li en Ju dou (1990) |
En Ju dou hay dos estrategias de cine puro: una, es el color, el entorno de la fábrica y los tintes, los rituales con las telas, que dan lugar a una cascada de colores primarios filmados con el antiguo método del Technicolor, que, bien pudiéramos decir, es otra manera de teñir los fotogramas. El tanque de tinte es el lugar central de todos los acontecimientos importantes de la película y el color rojo simboliza la pasión y la sexualidad renovadora de la vida, así como la sangre; la otra, es el juego de miradas y planos en primera persona. Por ejemplo, cuando Ju dou, es maltratada y se queda sola, se da cuenta de que Tianqinq la está expiando. Pero el expiador o voyeur también sabe que ella sabe que la está vigilando. Cuando ya están juntos, tienen que tener cuidado de no ser vistos por nadie y entonces comienza un juego de apariencias con el fin de no alterar ese orden "confucionista" , es decir, la estabilidad familiar es intocable. Todo ello a través del prisma de Zhang Yimou, que tiene una excepcional sensibilidad estética.
Judou sólo puede esperar ya la libertad a través de la destrucción. Esta perspectiva pesimista, junto al sentido subersivo de la pasión..., fue la razón por la que la República Popular de China prohibió la película durante un año. Es más, intentó por todos los medios, sin éxito, que se revocara su nominación a los Oscar. Zhang Yimou se había convertido en un director importante y admirado, y con una reputación internacional más que solvente para seguir haciendo cine, como así fue.
1 Comentarios
Buenísimo … igual que la película.
ResponderEliminar¡Me encanta!